AMLO ALOJA A DIGNOS HUÉSPEDES EN LOS PINOS, LA EX RESIDENCIA DE LOS EXCESOS

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| Por Polemón

María de los Ángeles Ojeda es una enfermera de 31 años de edad, de los cuales, 12 ha estado al servicio del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y que actualmente lucha en la primera línea de batalla contra el Covid-19 en el Centro Médico Nacional La Raza.

Desde el 5 de mayo pasado, María de los Ángeles, es beneficiaria del programa que lanzó el IMSS para alojar al personal médico en hoteles e inmuebles habilitados, y así es como ahora duerme en la habitación que hasta hace dos años dormía el expresidente Enrique Peña Nieto.

Ella y otras tres enfermeras comparten la habitación principal de la Casa Miguel Alemán que funciona como su refugio mientras combaten la dura pandemia, como una medida que decidieron para no poner en riesgo de contagio a sus familiares con los que vivían hasta entonces.

“Se siente bonito y la casa está muy bonita. Obviamente los muebles no son los que estaban antes, ni las camas. Son camas chiquitas, pero están muy cómodas (…) Está muy cómodo. Nos consienten mucho”, aseguró.

Además, recibe tres comidas al día, servicio de lavandería y sanitización del cuarto, por lo que Los Pinos se ha convertido en el rincón donde puede descansar y encontrar respiro luego de las extenuantes jornadas laborales a las que actualmente está expuesta.

María de Los Ángeles cubre el turno nocturno, de las 20:30 a las 08:10 y, al finalizar su jornada, un autobús la espera afuera del hospital para regresarla a casa.

De este modo, la lujosa residencia que en su momento satisfizo los caprichos de los ex mandatarios y sus familias, ahora alberga a una treintena de enfermeras y médicos que día a día hacen frente a una emergencia sanitaria sin precedentes en el mundo.

“Cuando empezó todo esto (la pandemia), mi prima me dijo que nos fuéramos a rentar, pero yo le dije: ‘es que no me alcanza ahorita para pagar renta, comida, transporte’; le dije que no”, cuenta María de los Ángeles.

María vive en Tultitlán con su madre, sus cuatro hermanos, dos cuñados y dos sobrinos, por lo que a finales de abril se registró en el programa de alojamiento. A principios de mayo el IMSS la buscó para saber si aún estaba interesada y si le molestaría compartir habitación con alguien.

Ese día, indicó, anunciaron que Los Pinos estaba habilitado para las enfermeras y poco después recibió otro mensaje que le indicaba que ella había sido aceptada en la ex residencia oficial.

María cuenta que al principio le costaba trabajo dormir, porque “como estaba solita, me daba miedo. Yo decía: ¿qué tal si alguien entra?’. Ya después pude dormir hasta mejor que en mi casa”.

Finalmente, María de Los Ángeles relata que, aunque su vocación de servicio se mantiene firme, sabe que ella y los suyos viven en peligro constante.

“Conforme van pasando los días, ver a personas todos los días que se mueren, muchas muertes, sí te quedas así como que ‘ay, a ver si no me toca a mí’”.

María tiene planeado seguir alojandose en Los Pinos hasta que termine su oportunidad, en una fecha que aún no ha sido establecida a los trabajadores del IMSS que por ahora habitan la casa.

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