LA GUÍA ÉTICA DE AMLO QUE TANTO ESCOZOR LE PRODUCE A LA DERECHA

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Polemón | POR ALEJANDRO CARDIEL SÁNCHEZ

Una de las máximas de la Política en México la resumió de manera magistral (Don) Jesús Reyes Heroles: “seremos inflexibles en la defensa de las ideas, pero respetuosos en las formas, pues en política, frecuentemente, la forma es fondo”.

He recordado esa frase a colación de la reciente publicación del documento denominado “Guía ética para la transformación de México“. Este documento que contiene 20 puntos fue elaborado por personajes afines a la 4T, a saber: Enrique Galván Ochoa, Pedro Miguel, José Agustín Ortiz Pinchetti, Jesús Ramírez Cuevas, Margarita Valdés González Salas y Verónica Velasco Aranda.

Este documento fue precedido en su momento por la “Cartilla Moral” de Alfonso Reyes.

Alfonso Reyes. Foto: Especial

Los que me conocen en persona o me siguen en redes sociales, recordarán que cuando el Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la mencionada “Cartilla”, casi me da un síncope mismo que fue contrarrestado por el shock hepático al que estuve a punto de entrar cuando escuché que -además- iba a ser repartida por no recuerdo qué iglesia.

Como bien decía mi abuela cuando perdía los estribos: “haigase visto…” Una cartilla “moral” escrita por el hijo del general Bernardo Reyes -uno de los generales que participó en su momento en el golpe de estado contra Francisco I. Madero- repartida por la iglesia, durante el gobierno de un admirador de Benito Juárez… Fue -en aquellos primeros días de gobierno- una de las determinaciones que critiqué de manera abierta y cacofónica.

Al caso -sugerí- (y vuelvo a hacerlo) que, en lugar de la citada cartilla, todos en México deberíamos de leer y discutir la obra de Juan Rulfo en lo general y su cuento Pedro Páramo en lo particular.

Juan Rulfo. Foto: Especial

Considero que en esa obra se encuentra resumida la idiosincrasia, la personalidad y el temperamento del pueblo mexicano. Al menos del México post revolucionario. Tal vez, podríamos vernos a los ojos sabiendo que todos, somos hijos de Pedro Páramo.

En fin, que algo sucedió con la Cartilla Moral que -por fortuna- sólo vio la luz sólo de forma reducida.

En este cuidar las formas y el fondo, cambiaron la cartilla moral por una Guía Ética, sustituyeron a Alfonso Reyes por algunas de las mentes más lúcidas de la actualidad, quitaron de en medio a las iglesias y además de encontrar la Guía en línea, podrá adquirirse impresa en librerías y puestos de revistas. Todo un cambio respecto a la idea original.

Una de las cosas que más he disfrutado, es que la mini oposición ha despotricado en contra de la guía -evidentemente sin haberla siquiera leído-. Les produce escozor la sola mención de la palabra “Ética”. Personalmente he leído con deleite los 20 apartados de la mencionada Guía. Espero que pronto podamos discutirla con madurez y tengamos la oportunidad de aplicarla en la medida de lo posible en nuestro cotidiano.

A continuación, el primer punto de la Guía Ética:

“Del respeto a la diferencia. Evitemos imponer “nuestro mundo” al mundo de los demás.

La humanidad es diversa por naturaleza y de muchas maneras, y el ejercicio de la libertad desemboca de manera inevitable en la diversidad. En el caso de México, esta diversidad es religiosa, política, ideológica, económica, social, cultural, idiomática, de tradiciones y hábitos, de género e identidades sexuales.

Cada estado, cada municipio y cada barrio tienen una identidad propia. No todas las personas son como tú, no todas piensan como tú piensas ni hablan como tú hablas, no todas actúan en la forma en que tú actúas. Respeta la forma de ser de los otros y no pretendas imponerles tus conductas, gustos, opiniones o preferencias.

El laicismo es un principio fundamental del Estado mexicano y se traduce, en la convivencia diaria, en el respeto a las creencias de toda persona y a su libertad de profesar la religión que desee o a no profesar religión alguna.”

Si bien el punto se explica por sí mismo, me gustaría abundar y agregar que la diversidad solamente es posible en Democracia. Y esta forma de gobierno, por imperfecta o perfectible que pueda ser, será siempre la mejor opción en contraposición a cualquier dictadura, tiranía o absolutismo.

Seamos responsables en el uso y goce de nuestras libertades pues siempre deberán complementarse con el cumplimiento cabal de nuestras obligaciones.

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